domingo, 6 de abril de 2008

Vete de mí


que llenas todo de alegría y juventud
y ves fantasmas en la noche de trasluz
y oyes el canto perfumado del azul
vete de mí.
No te detengas a mirar
las ramas secas del rosal
que se marchitan sin dar flor
mira el paisaje del amor
que es la razón para soñar y amar.
Yo
que ya he luchado contra toda la maldad
tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar
vete de mí.
Seré en tu vida lo mejor
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos
recordar.
Bola de nieve. Guanabacoa, Cuba, 1911. Ciudad de México, 1971.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sé que se pueden hacer flores de las penas, pero la pena profunda, nostálgica ya, de canciones como esta, crean una flor terriblemente hermosa. Esta sería una flor ocre, rociada de secas lágrimas, con esa serenidad de los primeros momentos después de la tormenta. Miramos ese dolor pretérito y nos damos cuenta que es dificil olvidar completamente.Gracias por Bola de Nieve, por este poema.
Nino.

Flores de su pena dijo...

Amo a bola de nieve realmente, con profundidad y devoción...lo menos que puedo hacer es publicar esas letras de canciones que crean en mí una inexplicable sensación