lunes, 14 de abril de 2008

Tu imagen


Tu imagen me llegó
a las seis menos diez
y no pude dormir
ni un instante después:
te confundías con mis sábanas,
te me enredabas en la sien.

Lucías tan real que casi fui feliz,
pero a las seis y diez
me comprendí sin ti:
eran mis solitarias sábanas
y una habitual mañana gris...

Y tú eras mi viento, mas no a favor;
eras mi barca en el pedregal;
eras mi puerta sin tirador;
eras mi beso buscando hogar.

Y tú eras un parto de antigüedad,
maña de un diablo despertador;
eras espuma de soledad,
carne con llagas de desamor.

Y así fuiste la otra mitad
de amanecer
que no alumbró jamás.

Silvio Rodríguez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te quisiera regalar un poema de Ángel González, del vecino país español. Seguré pasando por aquí.

"Te tuve
cuando eras
dulce,
acariciado mundo.
Realidad casi nube,
¡cómo te me volaste de los brazos!
Ahora te siento nuevamente.
No por tu luz, sino por tu corteza,
percibo tu inequívoca
presencia,
...agrios perfiles, duros meridianos,
¡áspero mundo para mis dos manos¡"

Flores de su pena dijo...

Anónimo:
Gracias por este poema maravilloso. Produce esa sensación de desvanecimiento y certeza de que alguien dejó su rastro y que eso nos hace poderosos, invencibles.
Un abrazo.