domingo, 26 de abril de 2009



Imaginemos que sufro un impulso pasional, me he enamorado de otro ser humano, y declaro mi amor, mi pasión por él o ella. Siempre hay en esto algo perturbador, violento. Puede parecer una broma, pero no hay nada de ello. No se puede emprender un juego de seducción erótica de modo políticamente correcto. Hay un momento de violencia cuando se dice: "Te quiero, te amo".

Slavoj Zizek.

4 comentarios:

alba dijo...

Ese momento se da cuando el corazón, que no tiene palabras pero sí latidos, sufre un espasmo, un temblor que llega hasta la boca y de ella salen las letras: t-e-a-m-o, t-e-q-u-i-e-r-o.

Un placer decubrirte.

Miguel Ángel Hernández dijo...

¿Qué pasa si respondo violentamente?
Favor, no responder...

giovanni dijo...

Te quiero... tener muy cerca de mí... "Te quiero" fue lo primero que aprendí en castellano, junto con "no me olvides", a los catorce años. Tenía un efecto y un eco de muchos años, aunque creo que es más bien el sentimiento (y la angustia!) detrás y delante de la palabra que la palabra misma.

Un saludo desde Ámsterdam

inespoe@gmail.com dijo...

Bueno:

Kundera dice que el coqueteo, ese que precede al enamoramiento, es una invitación al sexo sin garantía. Creo que lo violento es el coqueteo, el amor, es simplemente una azarosa consecuencia.

Saludos mil.